LOS AUTOS LOCOS

Los motores comenzaron a rugir. Lo que promete ser una dura competencia ya está mostrando a los principales pilotos probando neumáticos en la sinuosa pista electoral.
En primer lugar aparece el actual primer mandatario y titular de la escudería K, a bordo de la Ferrari patagónica, y con su característica visión estereoscópica de 270º, tratando de retener una vez más la pole position. Su esposa Cristina, mientras tanto, quedaría finalmente encargada de portar el paragüas que lo cubra a Néstor en sus detenciones en boxes.

Lo secunda el Bulldog-LM por el carril centro-derecho, bramando, y con sus bigotazos castrenses al viento. Parece decidido a rodar sin atender las indicaciones de su escudería PRO luego de que su antiguo coequiper Mauri, tomara la decisión de abandonar la Fórmula 1 y competir en TC-2000. Pese a casi no entrar en el habitáculo, promete alcanzar una vertiginosa velocidad republicana.

Más atrás se divisa al bólido de Lavagna, aunque a una velocidad cada vez menor, que lo asemeja más a un carro de heladero que a un piloto de alta competencia. Sus ingenieros de escudería, casi no lo asisten. Mientras uno de ellos estaría más decidido a abandonar el circuito profesional y montar un criadero de pejerreyes en Chascomús, el otro estaría haciendo giras y disertando sobre como andar sin luces por la noche en las calles del conurbano bonaerense.

Por último, el vehículo de Carrió de la escudería Minardi, promete gran aceleración aunque no menos incertidumbre. Es que nunca se sabe si la otrora abultada conductora mantendrá finalmente su curso, o terminará abandonando por fallas técnicas, propias de una tan irregular escudería.